Desde el principio de la carrera los Alfa Romeo marcan un ritmo fuerte. Sommer rompió el
récord varias veces creando una ventaja
de dos minutos sobre los Alfas de Quirón, Lewis, Chinetti y Moll. . Quirón se
retrasó por una unidad de arranque defectuosa, pero su copiloto Franco
Cortese condujo duro para llevar el coche de vuelta al segundo puesto entrada la
noche. La mayoría de los otros contendientes de gran cilindrada se habían caído,
permitiendo a Odette Siko en un Alfa Romeo sobrealimentado de 1,8 litros
moverse hasta el quinto lugar. Los equipos británicos de Aston Martin, Riley y
MG llenaron la parte trasera del top-10.
Una primera mitad de la carrera sostenida se volvió un caos al amanecer del domingo, cuando Nuvolari llevo a boxes el Alfa con daños en el guardabarros y un tanque de combustible con fugas. La ventaja de dos vueltas que habían acumulado se perdió en el cuarto de hora necesario para las reparaciones. Los coches Quirón y Chinetti cambiaron el liderato durante las próximas dos horas en peleas cercanas y emocionantes. A las 7 de la mañana, una breve lluvia causó que Odette Siko tuviera un grave accidente en el rápido acercamiento a la curva de Indianápolis. El coche quedó destrozado mientras paraba en los árboles, pero afortunadamente el conductor fue arrojado al aire y sólo quedo herido levemente.
El arduo trabajo de Nuvolari, que estaba fresco después de evitar conducir durante la noche, lo había puesto de nuevo el primero a las 9 de la mañana. Poco después, Cortese se estrelló cuando un rodamiento de la rueda delantera se rompio. Con la carrera controlada, lo que podría haber sido un paseo hasta el final fue cualquier cosa menos eso. Cuando Sommer tomo el relevo al mediodía, el coche renqueaba de nuevo con reparaciones en el radiador, frenos quemados y empeoramiento de la fuga de combustible. Los mecánicos usaban goma de mascar para tapar la grieta. Nuvolari entonces superaría el coche Chinetti/Gunzberg de menos caballos sólo para tener que parar para comprobar el tanque de combustible y perder el sello de nuevo. En el momento de las paradas finales, con una hora para terminar, los dos coches estaban a menos de un minuto de diferencia. En la última vuelta, Nuvolari, con los frenos ya al límite de su eficacia y un depósito de gasolina con fugas, se mantenía unos metros delante de Chinetti, que le dio alcance en las Esses, superándolo. Nuvolari le devolvió la maniobra en la recta de Mulsanne pero, con los frenos en mal estado, fue adelantado por Chinetti en la curva de final de recta. Nuvolari, sabedor de que si Chinetti llegaba en cabeza a las curvas lentas anteriores a meta tenia la victoria a su alcance, se las ingenió para adelantar al joven italiano un instante antes, con una maniobra que rozaba la pirueta por el interior. La victoria era suya.
El margen de la victoria quedo en 9,5 segundos de diferencia y sigue siendo uno de los finales de carreras más estrechos en Le Mans, excluyendo los acabados de formación de años posteriores.

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